Historia, arte y literatura

«El trino del diablo» de Giuseppe Tartini

El sueño de Tartini de Louis-Léopold Boilly (1824), en la que ilustra el relato de Tartini.

Todos alguna vez hemos escuchado acerca de Beethoven o Mozart con su famosa música y sinfonías, que compusieron hace mucho tiempo y que aún a día de hoy son impresionantes para los estudiosos de la música y sus apasionados, pero hay una pieza musical que llama la atención por su trasfondo y además la complejidad de su melodía, y esta es: «El trino del diablo», compuesta por Giuseppe Tartini, violinista y compositor del Barroco. La historia de esta pieza musical es algo peculiar, y por ello es recordada hoy en día.

Tartini nació en Pirano, ciudad de la península de Istria, en la entonces República de Venecia. Hoy Pirano recibe el nombre de Pirán y se encuentra en Eslovenia

Esta historia nos lleva al año 1713, cuando el joven compositor y violinista Giuseppe Tartini tuvo un curioso sueño. En su sueño, hizo un pacto con el diablo a cambio de su alma, concediendo a Tartini tres deseos: además de riqueza y poder dentro de su sueño, Tartini le pidió que tocara para él una pieza romántica. Tartini se asombró de gran manera al escucharlo tocar, ya que la pieza estaba dotada de dificultad e inteligencia, y estaba tocando como jamás había escuchado a alguien hacerlo; quedó maravillado y emocionado, y esto mismo lo despertó. Inmediatamente, Tartini buscó su violín deseando recordar, aunque fuera una pequeña parte de lo que había escuchado en su sueño.

La sonata se puede encontrar y escuchar en internet: no tiene nada de tenebroso ni malvado, sino que es una melodía hermosa y compleja

La sonata que compuso fue la mejor que pudo escribir, pero era infinitamente inferior a la que él escuchó en ese sueño, lo que lo llenó de frustración, tanto que que a Tartini le hubiera gustado abandonar la música para siempre. Esa es la historia de la composición de la sonata llamada «El trino del diablo», que, aunque algunas personas quieran hacer parecer de que es una sonata supuestamente maldita, es una melodía hermosa, y es objetivo de aprendizaje de muchos violinistas de hoy en día.