Cine y series

Una conversación necesaria

Cuando empecé a trabajar en el Hospital Bellevue de Nueva York me sorprendió la cantidad de niños y adolescentes que tenían todavía pesadillas con los atentados contra las Torres Gemelas. Habían pasado ya algunos años y las imágenes de los aviones seguían apareciendo en los juegos y dibujos de los más pequeños, y en las conversaciones de los más mayores. Más tarde vería lo mismo en Madrid, solo que los niños dibujaban trenes en lugar de aviones. La mayoría lo habían visto por televisión. Otros habían encontrado las imágenes buscando en Google. Para evitar que aquellos que tuvieran curiosidad se toparan con imágenes demasiado sensacionalistas, Amy Schatz decidió rodar «Lo que pasó el 11 de septiembre», un documental de HBO dirigido a chavales de entre 7 y 12 años.

En internet hay mucha información válida, pero también muchas noticias falsas e imágenes manipuladas. No te puedes fiar de todo lo que encuentras en la red

En el documental muchos niños cuentan cómo recuerdan aquel día, cómo se sintieron al enterarse de lo que había ocurrido y, sobre todo, se hacen muchas preguntas. La principal cuestión, ¿por qué?, no tiene una respuesta sencilla. Para contestarla habría que hablar de Osama Bin Laden. También de política, de religión, de guerras. Buscar explicaciones suele llevar a buscar culpables, y es aquí donde tenemos que tener mucho cuidado: las personas de otra raza o religión no son el «enemigo». Que tengan el mismo color de piel que aquellos que cometieron los atentados o hayan nacido en la misma parte del mundo que ellos no significa que sean peligrosos.

En otro documental de HBO disponible en español, Amy Schatz muestra que después del 11-S muchos niños y adolescentes sufrieron acoso escolar por ser musulmanes

Todos hemos tenido alguna vez ganas de vengarnos cuando alguien nos ha hecho algo malo. Es comprensible, pero sabemos que solo sirve para que la violencia continúe. Lo ocurrido en las Torres Gemelas, y todo lo que vino después, es un buen ejemplo de ello. Para que estas catástrofes provocadas por el hombre dejen de ocurrir, hay que acabar con los deseos de venganza. Puede que así no se solucionen todos los problemas del mundo, pero es un buen principio.