Ciencia

Cuestión de olfato

¿Os habéis preguntado si todos olemos igual? Es decir, ¿si olemos lo mismo? Es más, ¿hay gente que huele más? ¿o que huele mejor? Dentro de nuestra nariz hay una zona que se llama pituitaria amarilla que tiene receptores que reconocen las moléculas de olor y mandan señales a nuestro cerebro para que este nos diga lo que estamos oliendo. Y esto nos sirve a los humanos, y a muchos otros animales, para saber si una comida está en buen estado, o si estamos cerca de un fuego porque olemos el humo.

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Pero hay gente que huele mejor, como los sumilleres, que son los grandes expertos en vino, y que usan su nariz para valorar un buen vino. Pero que nuestra capacidad de oler sea mayor puede llegar incluso a convertirse en una enfermedad, y en ese caso se llama hiperosmia. En el lado contrario están los que no son capaces de oler. Esto también se considera un síntoma de enfermedad, y se llama anosmia. Y esto ocurre cuando tenemos algún problema, como un defecto genético concreto, o algún tipo de infección.

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Pero incluso hay enfermedades más raras, como la fantosmia, donde lo que se huelen cosas que no existen, es decir, olores fantasmas. Ya veis, dentro de nuestra nariz, un poco más adentro de donde descansan las gafas, tenemos un instrumento que es capaz de percibir más de un billón de olores, que nos sirve para saborear un buen chocolate caliente, escapar de peligros que nos acechan y de reconfortarnos con el aroma a bosque mojado tras la tormenta.