Cine y series

Coco

© Pixar

Miguel sueña con ser cantante. Sin embargo, por un acontecimiento ocurrido en el pasado, su familia procesa un profundo rechazo hacia la música. No hay instrumento, melodía ni tarareo permitido en casa de Miguel. ¿Cómo va entonces a ser músico Miguel? ¿Cómo va siquiera a soñarlo? Su familia quiere que continúe con el legado familiar y se dedique, como todos ellos, a ser zapatero. Pero, ¿abandonará Miguel tan fácil su sueño de convertirse en cantante?


«El resto del mundo obedece reglas, yo obedezco a mi corazón». La humanidad y valores de los personajes son, sin duda, los protagonistas en la película


Coco es una invitación a recorrer la cultura mexicana, dejando a un lado los estereotipos que solemos emplear cuando dibujamos costumbres que no son las nuestras. Es adentrarte en un laberinto de colores, en el que no existe el tiempo, en el que no importa perderse. Una excursión por los pasadizos del amor, la familia, los sueños y, sobre todo, los recuerdos. En la película, nada es lo que parece. Sin embargo, es como esos lugares en los que no importa el camino que elijas, pues estás convencido de que será una dulce aventura.


«A solas yo te cantaré soñando en regresar, recuérdame, aunque tenga que emigrar. Recuérdame, si mi guitarra oyes llorar, ella con su triste canto te acompañará hasta que en mis brazos estés»


La banda sonora, obra del galardonado Michael Giacchino, te hace volar y viajar por los diferentes, y desconocidos, estilos de la música mexicana. Una composición extraordinaria y, por supuesto, un acertado homenaje a canciones y voces eternas como «La Llorona» de la gran Chavela Vargas o «Bésame mucho» de Consuelo Velázquez. Coco es de esas películas que ponen los pelos de punta, esas que por mucho tiempo que pase, uno jamás olvida.