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Easter Eggs, pasión por los secretos

En esta habitación hay un Easter Egg, ¿podrías encontrarlo?

 

Se dice que el ser humano es curioso por naturaleza. La emergente industria de los videojuegos no tardaría en sumarse a la tendencia irremediable por lo oculto. De la mano de «Adventure», el considerado primer videojuego de acción y aventuras, llegaba uno de los primeros «Easter eggs», esos cuartos secretos que terminarían por inundar este sector audiovisual.


Atari, la primera gran videoconsola exitosa de la historia, no incluía a sus trabajadores en los créditos de sus títulos. Esto llevó a Warren Robinett a reivindicar su autoría a través de uno de los primeros Easter Eggs que se conocen


El fenómeno de los huevos con sorpresa fascina a una comunidad de jugadores que reclama más y más retos con los que saciar su curiosidad. Dejando atrás su pretensión inicial, estos enigmas a golpe de píxel ofrecen la posibilidad de descubrir guiños a otros títulos, descifrar rompecabezas o incluso jugar a juegos dentro de otros juegos. En algunas ocasiones, estos huevos de Pascua terminan por trascender las pantallas. Este es el caso de «La tarta es una mentira», un refrán con origen en uno de los mayores secretos de Portal y que hace referencia a las falsas promesas.


En el cine también podemos encontrar secretos y bromas ocultas que los creadores deslizan en sus películas como las que aparecen en Batman Begins, Godzilla o Gravity


Super Mario 64, uno de los nombres propios de la era de los 64 bits, alberga uno de los misterios que más han dado que hablar en lo que a esta industria se refiere. A lo largo de la aventura se encuentra una estatua con un texto tan borroso que se antoja casi indescifrable, pero del que llega a intuirse el mensaje «L is real», destapando la posibilidad de que Luigi pudiese existir en el juego y desencadenando una búsqueda que todavía perdura.