Juegos

En bici por Italia

Ilustración: Bedtime Stories for Rebel Girls / Ms. Carmina

LA HISTORIA DE ALFONSINA STRADA

¿Sabías que hubo una mujer que corrió el Giro de Italia? Sí, sí, el Giro masculino. Fue en 1924 y se llamaba Alfonsina Strada. Verás, el Giro de Italia, aquel año, tuvo 12 etapas, sumando un total de 3600 kilómetros. En bicicleta, sí. Para que te hagas una idea, la etapa más larga tenía 415. Más o menos la distancia entre Madrid y Bilbao. Con máquinas que pesaban el doble de las actuales. Y allí estuvo ella.


El primer Giro de Italia comenzó el 13 de mayo de 1909 en Milán con un total de 8 etapas y 2448 kilómetros


Alfonsina Morini (Strada es el apellido que tomó tras casarse) nació en 1891, y desde niña estuvo interesada en la bici. Tanto como para competir todas las veces que pudo. Casi siempre contra chicos. Era tan rápida que sus rivales llegaron a decir que estaba endemoniada. Sencillamente, no podían creer que una muchacha fuese mejor que ellos. Pero eso no le importó. Recorrió toda Europa, realizando exhibiciones aquí y allá; conoció a emperatrices y príncipes; ganó premios tan pintorescos como cochinillos, pavos o lotes de libros. Sí, el ciclismo era mucho más divertido antes…


El escritor Dino Buzzatti, siendo un niño, siguió a Alfonsina mientras entrenaba. Agotado, tuvo que desistir a los pocos metros… Unos segundos más tarde, un guardia lo multó por exceso de velocidad


Llegó a competir en las carreras más importantes de su país, como el Giro de Lombardía, en 1917 y 1918. Pero sobre todo la recordamos por haber pedaleado en todo un Giro de Italia. Cuentan que en la ficha de inscripción cometió el “error” de escribir mal su nombre. Ponía “Alfonsin”, en lugar de “Alfonsina”. No engañó a los organizadores, quienes la dejaron correr. Aguantó hasta la séptima etapa, entre burlas de sus colegas y parte del público, dividido entre aplausos y abucheos. En ese séptimo parcial sufrió varias caídas, se rompió su manillar, llegó a meta magullada, llorando. Completó las cuatro etapas restantes, aunque fuera de carrera, sin constar en las clasificaciones. No importaba, ya era todo un símbolo.