Ciencia

Orientarse a través del sonido: la ecolocalización

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Algunos mamíferos como los delfines, los cachalotes o los murciélagos cuentan con un método de orientación y de identificación de objetos muy característica: la ecolocalización. Estos animales son capaces de relacionarse con su entorno mediante la interpretación del eco que provocan una serie de sonidos de baja frecuencia que ellos mismos producen. Gracias a la ecolocalización son capaces de saber si se encuentran cerca de una presa, de un refugio o de un depredador, entre otras muchas cosas.

Este tipo de capacidad animal ha servido de inspiración al ser humano para crear sistemas de localización similares en funcionamiento como, por ejemplo, el radar o el sonar.

Y ahora viene lo más interesante: un equipo de científicos de la Universidad de Alcalá de Henares ha llevado a cabo una serie de estudios que demuestran que el ser humano también tiene esta capacidad de ecolocalización aunque se encuentre infrautilizada. Afirman que mediante la realización de unos chasquidos concretos con la lengua (clics palatales) y aprendiendo a descifrar el eco que producen estos chasquidos, podríamos ser capaces de identificar objetos e incluso sus formas geométricas sin tener la necesidad de verlos. Los científicos afirman que esta capacidad podría incluso rivalizar con el sentido de la vista, pudiendo llegar a ser capaces de saber lo que hay dentro de una mochila.

Con un entrenamiento de unas dos horas al día, podríamos saber perfectamente lo que nos rodea estando en una habitación completamente a oscuras. ¿Te imaginas?