Entrevistas Historia, arte y literatura Libros

Las historias fantásticas son una metáfora de la vida real

Alexandra Bracken (Phoenix, Estados Unidos, 1987) creció leyendo historias de fantasía: desde Roald Dahl hasta Harry Potter. Cuando era una adolescente, empezó a escribir para superar su timidez y dar rienda suelta a una imaginación desbordante. Hoy, las aventuras de sus Mentes Peligrosas han conquistado a millones de lectores en todo el mundo y pronto llegarán a la gran pantalla.

 

¿Cuándo supiste que querías ser escritora?

Siempre me ha gustado leer, desde que era muy pequeña. Por eso me pareció que escribir sería divertido: en la escuela y en el instituto escribía mis propios relatos, y luego escribí mi primera novela en la universidad.

¿Cuáles eran tus autores favoritos?

Me encantaba Roald Dahl, aunque tiene un sentido del humor un poco oscuro… Por otro lado, tenía más o menos la misma edad que Harry Potter cuando se publicó el primer libro. Ambos tuvieron una gran influencia en mí y aprendí lo importantes que podían ser las historias fantásticas en el mundo real. La fantasía es un hilo conductor en todas mis historias.

¿Cómo te preparas para escribir?

Todo empieza con una pequeña idea que aparece y no puedo quitarme de la cabeza… Es un pensamiento o una pregunta que empieza con “¿Qué pasaría si…?”. En el caso de Mentes Poderosas fue: “Qué pasaría si los adolescentes tuvieran superpoderes?”. A partir de ahí, me siento con una libreta y voy apuntando todo lo que se me ocurre para desarrollar esa idea: cómo serían los personajes, detalles del argumento, posibles escenarios… Generalmente sé cómo empieza la historia, cuáles serán los giros de guion más importantes y cómo acabará. Si no conozco el final de antemano, me cuesta más desarrollar la historia.

‘Headlight plotting” es un método para escribir novelas a través del cual el autor se imagina las ideas o titulares más importantes de la historia y, a partir de ahí, va desarrollando los detalles de la narración

¿Alguno de tus personajes está basado en una persona real?

Intento no hacerlo. Sí que cojo algunas frases o comentarios de mis amigos, o algún hecho característico, como que no les gusta el arroz… son rasgos muy peculiares, pero ayudan a hacer que los personajes parezcan más reales. Solo hay un personaje que haya basado en alguien real: la abuela que aparece en The Dreadful Tale of Prosper Redding se parece bastante a la mía.

Tus historias tienen argumentos fantásticos: adolescentes con superpoderes, viajes en el tiempo, maldiciones familiares… Sin embargo, también conectan con las experiencias y las emociones reales de los lectores.

Por supuesto. Para mí, la magia y la ciencia ficción pueden utilizarse como una metáfora para hablar sobre lo que ocurre en el mundo real. Por ejemplo, en Harry Potter, J.K. Rowling utiliza lo que ocurre en el mundo de los magos para hablar sobre problemas como el racismo o la pobreza. En mi caso siempre intento escribir sobre familias, ya sea una familia de verdad o un grupo de amigos, y sobre cómo encontrar tu lugar en el mundo.

Es importante conectar tu obra con la vida real de las personas, con los momentos importantes que viven en su día a día: cuando pierdes a un ser amado, cuando te enamoras por primera vez, cuando te marchas de casa para vivir tu vida… Por eso es tan emocionante escribir para el público adolescente, porque hay muchas primeras veces.

¿Cómo fue tu adolescencia?

Yo era la típica adolescente tímida, me costaba hacer amigos, así que escribir era la forma de dar rienda suelta a mi imaginación. Me volcaba con mis amigos imaginarios y sus aventuras, los que escribía en mis historias. Como todos los adolescentes, tenía muchas ganas de crecer y hacerme mayor para salir de Arizona y conocer el mundo.

 

 

Sabes conectar muy bien con los adolescentes, con sus miedos y expectativas.

Creo que, al ser tan tímida e introvertida, pasé mucho tiempo pensando en mis cosas y observando a las personas desde fuera. Suena muy raro al decirlo ahora, pero, al quedarme siempre a un lado, podía analizar a las personas y ahora que soy mayor siento que puedo empatizar mejor con lo que sienten. A medida que vas creciendo, eres más capaz de ponerte en el lugar de otra persona y entender su situación. Eso se consigue viajando, yendo a la universidad, conociendo gente nueva…

De Mentes poderosas a The Dreadful Tale of Prosper Redding hay un cambio de estilo.

Con cada libro intento retarme a mí misma a escribir algo nuevo y con The Dreadful Tale of P.R. quería llegar a un público más joven y escribir una historia más divertida, menos oscura… ¡aunque habla de una maldición familiar y aparecen demonios! Además, la historia sucede en Massachusetts, donde se juzgó a decenas de personas acusadas de brujería en el siglo XVII. Pero cualquier persona puede leerlo, sobre todo si te gusta Halloween.

En Mentes poderosas se presenta un mundo distópico. ¿La historia es una forma de concienciar sobre lo que puede pasar si no nos involucramos en el mundo y sus problemas?

Cuando sucedieron los atentados del 11-S yo acababa de empezar el instituto y en seguida nos dimos cuenta de que el mundo y los Estados Unidos iban a cambiar para siempre. Mentes poderosas tiene ese mensaje de advertencia: de cómo las cosas pueden cambiar en un instante, cómo el gobierno puede manipular las emociones de la gente y sacrificar algunos derechos por miedo… Por eso es importante luchar por lo que creemos, estar informado sobre lo que sucede e involucrarse.

Una distopía es una representación fantástica del mundo del futuro, donde las personas sufren las consecuencias de algún hecho catastrófico. Es la situación contraria a una utopía, donde todo es ideal y perfecto.

¡Mentes poderosas se convertirá en una película!

Sí, ¡estoy muy emocionada! El director, los guionistas y los productores han hecho un gran trabajo y el guion de la película representa muy bien el mundo que se describe en el libro. Me invitaron a los dos últimos días de rodaje y fue una experiencia genial, estar rodeada de tantos actores de Hollywood y gente importante… ¡estoy impaciente por verla!

¿Cómo te documentaste para escribir sobre las distintas épocas de La pasajera?

¡Tuve mucho trabajo! Cuando tengo que documentarme sobre otras épocas, lo que más me gusta es consultar fuentes primarias, que son documentos históricos escritos en primera persona: cartas, diarios personales… la gente que los escribe nunca piensa que alguien va a leer sus palabras siglos después, así que son muy sinceros a la hora de describir a las personas y todo lo que sucede a su alrededor.

También leí un montón de libros y me perdí en infinitas páginas de internet y Wikipedia… Hay un par de localizaciones en la novela que necesitaba describir muy bien pero donde nunca había estado, como Angkor Thom en Camboya, pero descubrí que en Youtube hay un montón de vídeos de turistas que se han grabado a sí mismos paseando por ahí… así que, a través de ellos, puedes pasear por estos sitios increíbles. Utilicé mucho este recurso para imaginarme allí y escribir la historia.

Dicen que eres una gran fan de Star Wars…

¡Me encanta! Mi padre era un gran aficionado y coleccionista de Star Wars y me llevaba a convenciones de Star Wars desde que tenía cinco años: ¡era súper divertido! Así que crecí con los personajes y las aventuras de la saga.

Star Wars representa a la perfección el viaje de un héroe. Cuando era pequeña vi todas las películas y leí todos los libros relacionados con el universo Star Wars así que, de algún modo, interioricé la historia y todos los personajes: el héroe, el sabio mentor, la doncella en apuros, el malo… Es una historia genial para aprender a contar historias, sobre todo la primera película.

Mi personaje favorito es la Princesa Leia: ella era mi heroína de pequeña, porque se salvaba ella sola. Una de las razones por las que me gusta tanto contar historias es por Star Wars… a lo mejor algún día escribo una novela que se desarrolle en el espacio, ¡pero antes tengo que aprender un poco sobre viajes espaciales!

Cuando estás escribiendo un nuevo libro, ¿cómo desconectas?

Me gusta mucho ver series y películas. Ahora estoy viendo Avatar: La leyenda de Aang y Riverdale, una serie de televisión basada en los cómics de Archie. En realidad, no tengo un género preferido: veo Galactica, The Walking Dead o Juego de Tronos … También me gusta mucho hacer maratones de películas: El Señor de los Anillos, Indiana Jones, Los Vengadores de Marvel… Me sirve para desconectar y recargar las pilas durante el proceso de escritura.

Cuando llevo mucho tiempo escribiendo, no me apetece ponerme a leer y releer lo que he escrito, así que ver series o películas me permite pensar en cómo contar mi historia de una forma más relajada. También escucho audiolibros y leo muchos cómics y manga. Ver distintos tipos de narración te ofrece nuevas ideas creativas.

Avatar es una serie animada de Nickelodeon en la que los personajes dominan los cuatro elementos de la naturaleza: aire, agua, fuego y tierra. El protagonista, Aang, es un avatar que puede controlar los cuatro elementos.

¿Qué mensaje darías a tus lectores?

Uno de los mejores consejos que me dieron cuando comencé a escribir fue: “Todo parece imposible, hasta que lo haces”. Así que, aunque parezca imposible leer tal libro o escribir una historia, hazlo paso a paso: los libros se leen una página tras otra, las historias se escriben palabra tras palabra… al final podrás hacerlo.

Leer es muy importante para entender mejor a las personas, para conocer otras experiencias y ver más allá de tu mundo. Si quieres ser escritor, leer es la mejor forma de aprender a contar historias y desarrollar un estilo único… además, los libros son muy divertidos y ¡nunca se les acaba la batería!