¿Te has preguntado alguna vez por qué no existen los coches sumergibles o las motos aéreas, como ocurre en los libros ambientados en el futuro? ¿O por qué no hay aeronaves que imiten la forma de los pájaros y los insectos, como en las películas de ciencia ficción?
Quizá tu respuesta sea: «Porque no se han inventado todavía». ¡Error! De hecho, muchos de los vehículos fantásticos que asociamos con la ciencia ficción ya han sido inventados… y relegados al olvido. Ocurrió a lo largo del siglo XX, que fue la época dorada de los medios de locomoción. ¡Casi se inventaba uno nuevo cada día! Lo que ocurre es que muchos de ellos eran sencillamente inútiles: algunos porque no se movían, otros porque se movían demasiado y otros porque presentaban más peligros que ventajas.
En este artículo repasaremos precisamente algunos de esos vehículos «perdidos» del siglo XX. Cuando hayas acabado de leerlo, acude a las páginas finales del artículo, donde te proponemos una actividad: que te inspires en todos estos medios de locomoción alocados para crear tus propios vehículos estrafalarios.
Monociclos
Los monociclos eran algo parecido a las motos o las bicicletas, pero solo tenían una rueda (eso sí, gigantesca) y el conductor viajaba dentro de ella. Muchos ingenieros del siglo XX se enamoraron de esta sencillez y diseñaron sus propios modelos de monociclo: motorizados, a pedales e incluso propulsados con hélices. Estos vehículos lograban alcanzar cierta velocidad, pero eran difíciles de conducir y tenían poca estabilidad (¡sobre todo, a la hora de tomar las curvas!). Con el tiempo, las motocicletas de dos ruedas demostraron ser quizá más complejas, pero mucho más seguras.
Ornitópteros
Eran vehículos con alas, como los aviones, pero se diferenciaban de ellos en un detalle fundamental: las alas de los ornitópteros se movían de arriba abajo. Muchos pioneros de la aviación pensaron que así, imitando el batir de e incluso propulsados con hélices. Estos vehículos lograban alcanzar cierta velocidad, pero eran difíciles de conducir y tenían poca estabilidad (¡sobre todo, a la hora de tomar las curvas!). Con el tiempo, las motocicletas de dos ruedas demostraron ser quizá más complejas, pero mucho más seguras. alas de los pájaros, lograrían crear un vehículo volador eficaz (¡hasta Leonardo da Vinci diseñó su propio ornitóptero!). Lamentablemente, los mejores prototipos solo consiguieron remontar el vuelo y planear unos cuantos metros… antes de tocar tierra de nuevo.
Vehículos anfibios
A lo largo del siglo XX se crearon muchos vehículos capaces de circular por la tierra y navegar por el agua, (como el coche y el tanque anfibios que puedes ver en estas fotos). Aunque algunos de ellos lograban desplazarse con agilidad por ambos medios, los vehículos anfibios nunca llegaron a popularizarse… al menos, los terrestres. Los vehículos anfibios aéreos, por el contrario, demostraron ser de mucha utilidad. Hoy en día, los hidroaviones (que son capaces de volar y de posarse sobre el agua) son una herramienta básica en la lucha contra los incendios.
Hidropedales
Los hidropedales consistían en una bicicleta equipada con flotadores. Aunque los primeros diseños se remontan a finales del siglo XIX (por aquel entonces se llamaban «velocípedos de agua»), los primeros modelos funcionales se construyeron ya en el siglo XX. En realidad, los hidropedales siguen existiendo. Lo que ocurre es que han evolucionado tanto que ya no tienen aspecto de bicicleta. Son lo que llamamos «patinetes de agua» o «velomares»: pequeñas barcas a pedales que se usan por diversión en la playa.
Coches y trenes a vela
Has leído bien: coches y trenes a vela. En el siglo XX se llegaron a inventar ambas cosas, aunque las dos ideas se abandonaron por razones distintas. Los trenes eran demasiado pesados para moverse impulsados por el viento (en la práctica, los trenes a vela eran, más bien, vagonetas a vela, como la que puedes ver en la foto). Los coches, por el contrario, sí podían construirse en un formato ultraligero (como el de la foto), pero eso los convertía en vehículos peligrosamente rápidos.
Motos aéreas
Aunque muchos ingenieros del siglo XX lo intentaron, ninguno logró diseñar una moto voladora verdaderamente estable. En la práctica, estos vehículos eran poco más que grandes hélices o incluso turbinas (como las de un avión) que, en lugar de propulsar una aeronave entera, propulsaban solo a un piloto. En otras palabras: que tenían demasiada potencia y resultaban ingobernables. ¡Por no hablar de lo peligrosas que eran sus aspas! Con el tiempo, también esta clase de vehículo quedó relegado al olvido.
¡Crea tus propios vehículos!
Elige una de las tres opciones de cada categoría y luego dibuja tu vehículo.
1
a) Inventa un vehículo submarino que vuele
b) Inventa un vehículo subterráneo inspirado en un animal excavador (como los topos)
c) Inventa un vehículo que tenga ruedas y globos aerostáticos
2
a) Inventa un vehículo aéreo a pedales
b) Inventa un tren inspirado en las serpientes, las orugas o los gusanos
c) Inventa un vehículo con patines (como los de un trineo) para circular por la nieve
3
a) Inventa un vehículo anfibio que circule por la tierra y flote en el agua
b) Inventa una aeronave inspirada en un animal volador
c) Inventa un vehículo que navegue por el mar impulsado por cohetes
4
a) Inventa un vehículo todoterreno con patas en lugar de ruedas
b) Inventa un submarino inspirado en la forma de un animal acuático
c) Inventa un vehículo que tenga ruedas y velas (como las de los barcos)