Ciencia

De siccum mare a mare nostrum

ESTRECHO DE GIBRALTAR FOTO: MANOLO FRANCO

Hace unos 6 millones de años el mar Mediterráneo quedó aislado del océano Atlántico. Y se secó, conociéndose como la crisis del Messiniense. Una cantidad enorme de sal se depositó en el fondo del lecho marino; testigos de ello son los afloramientos de sal que aún se pueden observar en numerosos puntos cercanos a las costas. Ocurrió en el periodo en el que los primeros homínidos comenzaban a pasear por la zona. Un día, súbitamente, se rompió la barrera que detenía la entrada de las aguas en el estrecho de Gibraltar, entonces, una gran catarata de un kilómetro de altura y un caudal semejante a mil veces el Amazonas comenzó a llenar el Mediterráneo. Cada día crecía unos 10 metros y, en unos dos años, el mar Mediterráneo se llenó de agua atlántica, de peces atlánticos y de plantas atlánticas.

La cascada del Salto del Ángel es la más alta del mundo con 979 metros de altura y 150 metros de anchura 

Desde entonces, el Mediterráneo ha mantenido una permanente relación con el océano Atlántico a través del particular cordón umbilical que supone el estrecho de Gibraltar, como demuestra el intercambio hídrico que, en un modelo laminar por la diferente salinidad, permite que las aguas atlánticas se adentren en el mediterráneo por encima de sus propias aguas, hasta que terminan por mezclarse cientos de millas mediterráneo adentro, en la línea que une Cabo de Palos con las costas de Argelia. Un canal de vida que también utilizan las especies en sus rutas migratorias. Desde los grandes rorcuales, a los atunes rojos o a las pequeñas anguilas en su ruta hacia los Sargazos.

Mare Nostrum es el nombre que los romanos, en su época imperial, le dieron al Mar Mediterráneo. La expresión «mare nostrum» significa «mar nuestro» en latín

Gracias a la que se conoce como inundación zancliense, hace unos cinco millones de años, un mar seco, un siccum mare pasó a ser el mare nostrum, el mar de los fenicios, griegos y romanos, de Poseidón y de Neptuno, cuna de civilizaciones. Un mar con una longitud de casi 3.900 km, una profundidad media de 1.370 m que compartimos 22 países de tres continentes y en el que hubo un tiempo que no fue más que una enorme cuba vacía.