«Barbijo, Emperador, Papúa, Adelaida, Barbijo, Emperador, Papúa, Adelaida, Barbijo, Emperador, Papúa, Adelaida…» Si eres fan de la serie Atypical ya sabes qué estoy enumerando. Esta lista son los pingüinos que podemos encontrar en la Antártida, y es la lista que Sam recita cuando se bloquea. Sam Gardner es el protagonista de la serie, un joven de 18 años en proceso de independizarse. Como cualquier joven ha de enfrentarse por primera vez a nuevas situaciones: tener pareja, vivir solo, entrar en la universidad… que sumado a su diagnóstico de autismo le resulta algo más complicado.
El TEA (trastorno del espectro autista) dificulta la comunicación, la interacción social y la flexibilidad del pensamiento y de la conducta
Sam, capítulo a capítulo, nos enseña que vivir es reconocer las limitaciones, encontrar nuestra meta y enfrentarte a los retos que supone conseguirla. Y nos sentimos conectados con él porque sus retos y limitaciones son también las que el resto tenemos que superar. Para conocer a Sam y lo que supone vivir con autismo los guionistas recurren a la voz en off que nos da su visión del mundo. Además del diálogo interno, Sam se expresa mediante sus extraordinarios dibujos. Las imágenes de pingüinos y de la Antártida canalizan sus emociones y sentimientos. La soledad de los incomprendidos es como estar en una tormenta de nieve en el continente más frío, seco y ventoso que existe.
Neurotípico significa que ha habido un desarrollo neurológico típico, sin ninguna alteración
La familia, su novia y los amigos son pilares fundamentales en la serie. El resto de personajes se enfrentan también a las complicaciones que supone la vida como es aceptar la sexualidad o cambiar lo que nos hace infelices. Mientras Sam se enfrenta desde una sinceridad descarnada, los neurotípicos lo hacemos cayendo en la trampa de las emociones.