Cine y series

Takeshi’s Castle

Un concursante de Takeshi’s Castle se cuelga de un hongo inflable gigante mientras dos de los personajes del programa intentan desalojarlo.

¿Qué es Takeshi’s Castle? A ver cómo te lo describo, porque no es fácil. Es un concurso. Loco, muy loco. Con cien hombres y mujeres que intentan entrar en algo que llaman el castillo de Takeshi. Llevan casco, coderas y rodilleras, así que ya te puedes imaginar que la cosa va de golpes, mamporros y caídas. Algunas tienen pinta de doler, ¿eh?, no te creas. Porque para asaltar la fortaleza hay que superar una serie de pruebas. Cada semana son diferentes, aunque algunas se repiten bastante. El Laberinto, por ejemplo, donde tienes que encontrar la salida en un dédalo de puertas. Con monstruos dentro que gritan muy fuerte y te llenan la cara con betún negro.


Takeshi Kitano es un señor bastante particular. Actor, director de cine, comediante, escritor, un tipo muy conocido en Japón


También están las zamburguesas, una serie de piedras circulares que te ayudan a cruzar un pequeño río… solo que algunas eran falsas, y entonces te hundes y no puedes avanzar. O los cañones de Nakasone, en los que debes atravesar un puente donde es muy complicado mantener el equilibrio… soportando además pelotazos fortísimos que los esbirros de Takeshi te van lanzando desde el suelo con una máquina. Los rollitos de primavera, la tabla de planchar o lluvia de rocas… todas las pruebas pensadas para caídas en el barro, chapuzones en lagunas y, en general, mucha, mucha diversión.


En Japón el programa tuvo tres temporadas de 100 capítulos —de 1987 a 1990— y desde entonces hay versiones en 29 países


Aunque el programa japonés se grabó en los ochenta, a España llegó años más tarde. Fue en Telecinco, bajo el título de «Humor Amarillo». Sus divertidos doblajes son reconocibles para todos los que fueron niños entonces, y todavía hoy arrancan carcajadas. Lo mejor es que busques algunos videos en Youtube para ver de lo que te estamos hablando. Seguro que te echas unas buenas risas. Eso sí, ni se te ocurra probarlo en casa.