ORBIS PICTUS. EL MUNDO EN IMÁGENES
JAN AMOS KOMENSKÝ · ALEMANIA 1658
Jan Amos Komenský –más conocido por su nombre en latín: Comenius– era un maestro del siglo XVII que se propuso escribir el primer libro de texto de la historia. Comenius quería elaborar un manual que explicara “todas las cosas fundamentales del mundo y de las acciones en la vida”: cómo funciona el cuerpo humano, cuáles son las fases de la luna, cómo se hace la miel o cuáles son las siete edades del hombre.
El científico griego Hipócrates, considerado el padre de la medicina, dividió la vida del hombre en siete fases: infante, niño, adolescente, joven, hombre, anciano y anciano decrépito
Comenius tuvo la idea de acompañar los textos con imágenes para ayudar a entender las lecciones, algo que nunca se había hecho hasta entonces. Su manual tuvo un gran éxito, se editó en varias lenguas y se convirtió en un libro de referencia para la enseñanza en Europa. Un poco como la Wikipedia, una enciclopedia digital donde podemos encontrar información sobre casi cualquier tema en más de 300 idiomas.
Galileo Galilei hizo importantes descubrimientos sobre el movimiento de los planetas en el s.XVII
Cuando El mundo en imágenes se publicó en 1658, la mayoría de personas creían que la Tierra era el centro del universo, aunque algunos científicos, como Galileo Galilei, se habían atrevido a defender lo contrario. También entonces existían fake news o noticias falsas, mentiras que corren como la pólvora y son muy difíciles de desmentir cuando ya se han difundido. Para evitarlo, Comenius creía en una educación universal, que fuera accesible a cualquiera sin importar su origen o condición.
La educación es uno de los principios recogidos en la Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1948
Lo cierto es que el conocimiento puede encontrarse en cualquier parte: en el ciberespacio infinito de internet, en las páginas de un libro o en la sabiduría inestimable de los refranes populares… ¡porque el saber no ocupa lugar! Ya lo escribió el propio Comenius en el prefacio de su obra, hace casi 400 años: “El antídoto de la rudeza es la enseñanza”.