Ciencia

Guerra de hormigas

Imagen: Wikimedia Commons

 

HORMIGAS DEL PARANÁ

Millones de hormigas mueren, en este mismo instante, en batallas por dominar el planeta Tierra. Existe un ejército invasor de continentes que arrasa con todos sus enemigos allá donde va: son las Linepithema humile, más conocidas como hormigas argentinas u hormigas del Paraná, que se han extendido por todo el mundo viajando como polizones en barcos comerciales. Estas hormigas forman un ejército de billones de soldados que están acabando con la mayoría de especies nativas.


Las especies invasoras son animales y plantas que son llevados de su lugar de origen a otro lugar, donde se reproducen masivamente causando daños a los ecosistemas nativos


Sin embargo, esta no es la primera guerra de hormigas. Estos insectos, más antiguos que los dinosaurios, viven en colonias con millones de individuos, todos hijos de la misma reina. Mantener una población tan grande implica mucho trabajo, por eso cada hormiga cumple una función: las exploradoras se encargan de buscar nuevas fuentes de alimento, mientras que las guerreras salen a conquistar nuevos reinos. Igual que Hansel y Gretel, las hormigas exploradoras van dejando a su paso unas señales químicas que les permiten encontrar el camino de regreso a casa. También utilizan estas señales para llamar a otras hormigas a la guerra o avisar de que un enemigo acecha. Por su parte, las hormigas guerreras utilizan las garras y el veneno en sus mandíbulas para herir a sus enemigos.


Las hormigas son ciegas: dependen del tacto de sus antenas y de señales químicas (feromonas) para comunicarse, intercambiar información e identificarse 


Las hormigas tienen pocos amigos, puesto que una colonia forastera siempre es una colonia enemiga. Sin embargo, a diferencia del resto de especies, las hormigas del Paraná no compiten contra otras colonias de Linepithema humile, sino que se juntan todas para formar una supercolonia. Pocas se resisten a unirse a este imperio global, aunque los biólogos han detectado un foco de rebeldes en el noreste español. Si las hormigas pudieran hablar, seguramente les dirían: “La unión hace la fuerza».