MARY AND MAX
Adam Elliot · AUSTRALIA 2009
Él es Max, tiene 44 años y vive en Nueva York. Odia los jueves y le encantan los perritos calientes de chocolate. Es muy bueno resolviendo rompecabezas como el cubo de Rubik. Recoge las colillas del suelo. No entiende por qué la gente las tira y ensucia las calles. De hecho, Max tiene problemas para entender a la gente. Es incapaz de comprender las emociones de los demás. Max tiene el síndrome de Asperger.
Ella es Mary, tiene 8 años y vive en Australia. Sus ojos son de color barro y su mascota es un gallo llamado Ethel. Le gusta la leche condensada y no tiene amigos. Juntos protagonizan Mary and Max, una película de animación que explica la relación epistolar entre dos personas que viven muy lejos pero se sienten muy cerca, ayudándose a afrontar la difícil realidad.
El cine es un gran recurso para visibilizar a las personas con trastornos del espectro autista (TEA), como el síndrome de Asperger. Rain Man (1988) explica la compleja relación entre dos hermanos, uno de los cuales tiene autismo. Mientras que Guardianes de la Galaxia (2014) nos ayuda a entender cómo piensan estas personas con Drax, un personaje que no capta los dobles sentidos, las bromas, ni los sentimientos ajenos.
No todo el mundo es igual. Algunas personas tienen trastornos y discapacidades que les hacen ver la realidad de forma distinta. Aunque, a menudo, la realidad está en los ojos del que mira. A Max le sorprende que la gente crea que él es raro, sobre todo cuando camina por la calle y ve a personas tan distintas entre sí. Max intenta entenderlos pero no quiere cambiarlos. Porque él tampoco quiere cambiar. Sencillamente, le gusta su forma de ser.