Para jugar al Nim no necesitas fichas ni tablero, ni siquiera papel y lápiz: puedes jugar con piedras, palillos, cerillas, monedas, garbanzos u otros objetos pequeños.
Es un juego para dos jugadores, y hay muchas variantes. La más sencilla consiste en poner 20 objetos —por ejemplo, cerillas— en fila e ir quitando por turnos entre una y tres unidades; el que se lleva la última pierde. En esta modalidad tan simple hay una sencilla estrategia ganadora que puedes descubrir si practicas un poco (al final te la explico).
Para jugar al Nim no necesitas más material que piedras, monedas, cerillas u otros objetos pequeños
Para complicar un poco la cosa, se pueden disponer las cerillas en varias filas de distinto número; por ejemplo, en cuatro filas de 1, 3, 5 y 7 cerillas respectivamente. Los dos jugadores, por turnos, retiran de una a tres cerillas, todas de la misma fila, y pierde el que se queda con la última.
Otra variante consiste en poder llevarse todas las cerillas que se quiera de una misma fila, y el número de filas y de cerillas por cada fila se puede variar a voluntad. Lógicamente, cuantas más filas y cerillas, más complicado se vuelve el juego.
El Nim es un juego de mesa muy antiguo. Hay quien piensa que viene de oriente mientras otros fijan su origen en Europa (Alemania o Reino Unido)
En el caso de las 20 cerillas en una sola fila, para hallar la estrategia ganadora hay que empezar por el final: si le dejas 5 cerillas a tu contrincante ya ha perdido, pues si quita una tú quitas tres, si quita dos tú quitas dos y si quita tres tú quitas una, y en cualquier caso le queda la última.
Pero para poder dejarle 5 cerillas, antes has de dejarle 9, y antes 13, y antes 17 (siempre añadiendo 4). Por lo tanto, si empiezas tú has de coger 3, y si empieza tu contrincante y no coge 3, tienes que dejarle 17; pero si empieza y juega bien no tienes nada que hacer, pues en esta variante gana el que retira cerillas por primera vez. Si juega bien, claro.