Juegos

¡Un Fórmula 1 en el salón!

 

SCALEXTRIC

FRED FRANCIS · REINO UNIDO 1957

Las carreras de coches son uno de los deportes más espectaculares: audaces pilotos conduciendo a 200 km/h, derrapando en las curvas y pisando el acelerador hacia la meta. ¿A quién no le gustaría conducir uno de esos bólidos? Sin embargo, eso es algo que está solo al alcance de unos pocos. El resto podemos disfrutar de las carreras a través del Scalextric, un juego que lleva más de 65 años emocionando a pequeños y mayores. En unos minutos, montas pieza por pieza un pequeño circuito por el que dos coches de tracción eléctrica circularán a la velocidad que tú decidas mediante un control remoto. No olerás a neumático quemado, pero lo pasarás en grande, ¡y no temerás por tu vida!


El primer circuito de Scalextric se comercializó en 1957. Tenía forma de cero e incluía dos coches modelo Maserati 250 Grand Prix del campeonato de Fórmula 1, fundado en 1950


Con el Scalextric ha pasado como con los Kleenex, los Donuts o los Chupa Chups: la marca que empezó a comercializarlo ha acabado dando nombre a este tipo de coches de juguete. Si te preguntas de dónde viene el nombre, te será fácil deducirlo si has prestado atención en las clases de Tecnología, cuando tu profesor te enseñaba a dibujar a escala (scale en inglés). Así pues, los coches de Scalextric están fabricados manteniendo las proporciones de los modelos reales que compiten en la Fórmula 1 o los rallies.


Si la escala de tu coche teledirigido es 1:32, este es 32 veces más pequeño que el que ves en las carreras de la televisión


Los primeros juegos de Scalextric eran muy sencillos. Es muy probable que tus padres tuviesen uno cuando eran jóvenes, pregúntales cómo eran. El control remoto funcionaba con cables y no con mandos inalámbricos, como los de ahora. Los espectaculares loopings —cuando el circuito se eleva hasta formar un rizo en el aire— también son bastante recientes. La verdad es que entre tu circuito y el que usaban tus padres o tus abuelos, no hay color: el tuyo gana seguro. Pero, ¿te atreves a echarles una carrera? Tal vez te sorprendan.