Historias de Anansi – Tradición oral de África y Caribe
La araña Anansi es uno de los personajes más populares en la cultura de África occidental y del Caribe. Para algunos pueblos africanos, Anansi creó el mundo. Para otros, Anansi es hijo de Nyame, el dios del cielo. Un día, Nyame se enfadó tanto con su hijo que lo convirtió en una araña.
Con la tradición oral, las historias fueron cambiando, especialmente en el Caribe. Anansi es una araña, pero también es una persona. Es frecuente ver cómo usa su ingenio y astucia para salir de situaciones complicadas. Generalmente, usa los hábitos y formas de vida de sus víctimas para engañarlos y lograr lo que quiere.
A medida que las historias se extendieron hacia el Caribe y los EEUU, Anansi se conviertió en en la tía Nancy —Aunt Nancy—, mitad araña, mitad mujer, con poderes sobre otras criaturas
Las historias de Anansi llegaron al Caribe en el siglo XVI, cuando los propietarios europeos de grandes plantaciones buscaban mano de obra gratuita en África occidental. En ese siglo, los reinos de la costa occidental africana resultaron ser perfectos para comerciar con personas y transportarlas en barcos de esclavos al otro lado del Atlántico.
Naturalmente, los pueblos esclavizados se llevaron sus historias y las transmitieron. Las historias de Anansi y sus hazañas —su habilidad para engañar y derrotar a criaturas más poderosas que ella—, siempre fueron muy populares. Anansi simbolizaba la rebelión y las historias podían dar esperanza a los esclavos que luchaban por sobrevivir.
En 1924, la etnógrafa de Massachussetts Martha Warren Beckwith publicó el resultado de su trabajo de campo en Jamaica: una recopilación de historias y acertijos, acompañados de música local, relacionados Anansi
Hoy, Anansi nos sigue entusiasmando. Es una araña embaucadora, traviesa, astuta y divertida, que a menudo puede cambiar entre la forma humana y la animal. ¿Por qué disfrutamos tanto de las las historias de este héroe travieso que escapa y causa problemas?
Anansi es pequeña, relativamente indefensa, nos hace reir, y quizá, ¡también apela a nuestro espíritu de rebelión! Nos gusta identificarnos con historias en las que el débil vence al fuerte y poderoso mostrando las habilidades necesarias para sobrevivir en un mundo hostil.