«Dumbo»
Tim Burton, 2019
Dumbo, el clásico de Disney, ha vuelto a los cines de la mano de Tim Burton. Hacer un remake de una película tan querida tiene sus riesgos y son muchos los que piensan que Burton no ha salido muy airoso de la pirueta. Las comparaciones son odiosas y es cierto que aquí nos encontramos con un Burton «disneyficado»; no obstante, es una buena oportunidad para que las nuevas generaciones conozcan la historia del entrañable elefante que podía volar.
Jumbo Junior ha nacido con unas orejas enormes, tan grandes que a veces se tropieza con ellas. Los otros elefantes se ríen de él y le llaman «Dumbo» (dumb significa «tonto» en inglés). Pero esa diferencia que los demás utilizan para meterse con él será lo que le haga destacar sobre el resto: lo que le hará especial.
A Burton siempre le han gustado los personajes singulares. Basta recordar a Eduardo Manostijeras o a Willy Wonka, protagonista de Charlie y la fábrica de chocolate, adaptación de la novela de Roald Dahl. El circo juega también un papel importante en otra de sus grandes películas: Big Fish
El Dumbo de Burton añade un nuevo capítulo al clásico de Disney, dando así continuación a la película de los años 40. Su parte final, espectacular desde el punto de vista visual, se desarrolla en Dreamland, un parque de atracciones dirigido por un empresario que no duda en explotar a hombres y animales para obtener un mayor beneficio económico.
Dreamland está basado en un parque de atracciones que existió en Nueva York a principios del siglo XX. En el Dreamland real, las personas que tenían alguna particularidad física eran expuestas para que los asistentes pudieran contemplarlas. Una de las principales atracciones era Lilliputia, la Ciudad de los Enanos
Dumbo es una película acorde a los tiempos que corren. Además de abordar el tema del bullying y el sufrimiento que genera, apuesta explícitamente por la libertad de los animales, oponiéndose a su explotación en circos y similares. Otros aspectos que trata, como el amor entre una madre y su hijo o los peligros de la codicia humana, son atemporales, por lo que nunca es tarde para revisitar esta historia que siempre nos ha emocionado.