Libros

Los libros más pequeños del mundo

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MINILIBROS

Te preguntarás qué sentido tiene publicar algo que, por ser tan pequeño, es mucho más difícil de leer. Se cree que los libros en miniatura fueron inventados para ocultar textos prohibidos, para que las damas de la alta sociedad pudieran llevarlos en sus bolsos o, simplemente, por esa belleza que tienen las cosas diminutas.

¿Pero qué es un exactamente un minilibro? En Estados Unidos hay una organización que agrupa a coleccionistas de minilibros desde 1983. La Sociedad de los Libros en Miniatura considera que no deben tener más de tres pulgadas (7’62 centímetros) de altura, ancho o grosor, aunque fuera de ese país un minilibro puede alcanzar las cuatro pulgadas (10’16 centímetros).


Una pulgada equivale a 2’54 centímetros. Representa más o menos el ancho de la primera falange o hueso del dedo pulgar, de ahí su nombre


Es difícil saber cuál fue el primer minilibro de la historia. Los expertos piensan que podrían ser algunas tablillas sumerias, de apenas 5 centímetros de largo, escritas hacia el 3500 a.C. En los Países Bajos del siglo XVII, un joven impresor quiso dar publicidad a su negocio publicando un volumen tan pequeño que no era más grande que la uña de un dedo. Un récord que duró más de dos siglos. Hace unos 40 años, en Japón, una empresa produjo tres tomos con 16 páginas cada uno ¡pero con unas dimensiones de tan solo 2 x 2 milímetros! Y en Bakú, la capital de Azerbaiyán, hay un museo con más de 6.000 minilibros.


A principios del s. XX, muchos autores ingleses reescribieron sus obras en miniatura para la casa de muñecas de la Reina Mary, que tiene una biblioteca con más de 200 minilibros


Algunos ejemplares han llegado a costar una fortuna. La escritora J. K. Rowling creó una versión diminuta de su Harry Potter y la piedra filosofal (4 x 6 cm) para una subasta benéfica, con dibujos que ella misma hizo a mano. Aquel ejemplar se vendió por unos 11.000 euros. ¡Tremenda cifra para algo tan pequeño!