Elegantes damas, ricos y pobres burgueses, campesinos, bandidos, todos se abren paso a codazos para subir a bordo. Los barcos, sobrecargados, se alejan de la orilla. Son las tres de la tarde. Todo Londres se dirige al teatro. Para ello, en el siglo XVI, hay que cruzar el Támesis, pues los teatros están en la orilla sur. El más célebre de todos, el Globe, se alza majestuoso como el teatro de todos los teatros.
Alto, estrecho y en forma de pozo, el Globe se construyó en 1599 con los materiales de un antiguo teatro. Fue un proyecto de la compañía teatral de Shakespeare, los Lord Chamberlain’s Men
La bandera está izada, se acerca la hora. Suenan las trompetas anunciando el espectáculo. Se representa Macbeth, de William Shakespeare. En el escenario, a pesar del barullo, comienza la representación. Acto primero, escena primera. Truenos y relámpagos, entran las tres brujas.
¿Cuándo habremos de vernos, con el trueno, otra vez,
con el rayo o la lluvia, reunidas las tres? [BRUJA PRIMERA]
Cuando el caos acabe,
al fin de la batalla, bien se pierda o se gane. [BRUJA SEGUNDA]
Antes que el sol se ponga. [BRUJA TERCERA]
¿Y el lugar? [BRUJA PRIMERA]
En el páramo. [BRUJA SEGUNDA]
Y allí encontrarnos con Macbeth. [BRUJA TERCERA]
¡Graymalkin, ya voy! [BRUJA PRIMERA]
¡Paddock me llama! [BRUJA SEGUNDA]
¡Aprisa! [BRUJA TERCERA]
Lo bello es feo y feo lo que es bello;
la niebla, el aire impuro atravesamos. [TODAS LAS BRUJAS]
Es 1606. Por primera vez se representa Macbeth, la tragedia más corta de Shakespeare. De todas las obras que el dramaturgo escribió durante el reinado de Jacobo I, el que fuera patrón de la compañía teatral de Shakespeare, Macbeth es la que más claramente reflexiona sobre la relación del autor con el rey. Dramatiza los efectos dañinos que la ambición política causa en aquellos que buscan solo el poder.
La fuente principal de Shakespeare para escribir Macbeth fueron las Crónicas de Holinshed. La obra está libremente basada en el relato de la vida del rey de los escoceses entre 1040 y 1057
Tres pisos de galerías acogen hasta ochocientos espectadores. El ambiente está tenso: los espectadores contienen la respiración; seguidamente, intercambian impresiones, ¡gritan! ¡se insultan! Los actores declaman el texto: torrentes de palabras, imágenes e ideas. De una riqueza inaudita, la obra de Shakespeare combina ambición y traición, magia y vicio, fantasía y crimen, visiones y sentimientos de culpa. Es la Edad de Oro de la historia de Inglaterra.