Muchos son los faraones cuyo reinado supuso un antes y un después para el desarrollo del Imperio del Antiguo Egipto. Hoy os hablaremos, por su trascendencia, del faraón Keops.
La civilización egipcia se desarrolló durante más de 3000 años
El faraón Keops (también llamado Jufu o Jéops) fue el segundo faraón de la cuarta dinastía. Durante sus veintitrés años de reinado, la monarquía alcanzó su mayor poder. Su importancia en la historia del Antiguo Egipto fue tal que, años más tarde, durante el periodo tardío de Egipto, fue venerado como a un dios. Sin duda, la mayor hazaña de este faraón fue la construcción de la Gran Pirámide de Guiza, cuya finalización data aproximadamente del año 2570 a.C.
La Gran Pirámide de Guiza es la más antigua de las siete maravillas del mundo y la mayor de las pirámides de Egipto
Keops destacó como líder militar. Un ejemplo de ello es que envió partidas militares fuera de los territorios de Egipto para evitar que las caravanas de comercio egipcias fueran atacadas. Keops también favoreció el comercio con regiones lejanas como el Líbano para poder construir con materiales exóticos el edificio que debería llevarle hasta el más allá. Algo para lo que fortaleció la ya de por sí imponente flota de buques que había construido su padre.
Las pirámides tenían una función funeraria: su interior albergaba las tumbas de los faraones
Los faraones tenían un poder absoluto y eran considerados seres divinos, pues se les identificaba con el dios Horus, el dios del cielo, de la guerra y de la caza. Tenían poder para decidir sobre la vida y la muerte de todos sus súbditos.