Parece una de esas preguntas tontas que se hacen en broma, como: “¿A quién quieres más, a tu papá o a tu mamá?”. Porque si contestas: “la gallina”, te dirán: “¿Y de dónde salió esa gallina?”. Y si contestas: “el huevo”, te preguntarán: “¿Y quién puso ese huevo?”.
Parece una broma, pero es algo muy serio. Ya los antiguos filósofos griegos le dieron muchas vueltas al asunto, y durante más de dos mil años la pregunta quedó sin respuesta. Ahora sabemos que las especies evolucionan lentamente a lo largo de millones de años, y que las aves actuales, incluida la gallina, descienden de los dinosaurios.
En el siglo XIX, Charles Darwin divulgó la idea de que los seres vivos no permanecen siempre iguales, sino que van transformándose muy lentamente
¿Significa esto que el huevo del que salió la primera gallina lo puso un dinosaurio? Pues no. Lo que ocurre es que las especies evolucionan tan despacio que no se puede hablar de una primera gallina. Es como si le preguntas a un adulto en qué momento se hizo mayor. Antes fue un niño y ya no lo es; pero el paso de la infancia a la madurez es un proceso muy lento y gradual, no puedes decir de alguien: “Ayer era un niño y hoy es un adulto”. Y en el caso de la evolución de las especies el proceso es muchísimo más lento.
Las especies evolucionan tan lentamente que han de pasar miles o millones de años para que los cambios sean visibles
Así que si alguien te pregunta: “¿Qué fue antes, el huevo o la gallina?”, puedes contestar: “los dinosaurios”. Y luego puedes añadir: “¿Sabías que los velocirraptores tenían plumas?”