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Marcianadas de otro siglo

LA GUERRA DE LOS MUNDOS

H. G. WELLS · REINO UNIDO 1898

 

¡Los marcianos invaden la Tierra! Seguro que conoces muchas películas y novelas sobre este tema, pero… ¿sabes cuál fue la primera obra en la que se imaginó una invasión alienígena? El escritor H. G. Wells publicó en 1898 La guerra de los mundos, una historia en la que unos enormes trípodes de treinta metros con tentáculos y una capucha de latón llegan a nuestro planeta para acabar con nuestra especie. ¡Y acaban enfermando por culpa de bacterias terrestres!


El cuerpo humano alberga alrededor de 40 billones de bacterias, lo que significa que casi 2 kilos de nuestro peso está formado por esos microorganismos


En 1938, el famoso director de cine Orson Welles adaptó este clásico de la ciencia ficción a un guion de radio: la idea era retransmitir la invasión alienígena como si estuviera pasando de verdad. El falso noticiario empezaba con una nota aclaratoria explicando que los hechos eran ficticios, pero muchos oyentes no la escucharon y el programa acabó provocando el pánico entre la población. Welles tuvo que disculparse al día siguiente, pero este episodio radiofónico pasó a la historia de los medios de comunicación.

Científicos de todo el mundo han especulado sobre la existencia de vida extraterrestre. El astrofísico Neil deGrasse Tyson cree que una civilización alienígena lo suficientemente inteligente nos vería como a seres inferiores; mientras que el astrónomo y divulgador Carl Sagan creó unos Discos de Oro que viajan por nuestra galaxia a bordo de las sondas Voyager, buscando una posible civilización extraterrestre.


Carl Sagan fue uno de los principales impulsores de la iniciativa SETI, que engloba diferentes proyectos de investigación que analizan señales del espacio en busca de vida extraterrestre inteligente


Muchos autores de ciencia ficción han escrito sus obras como una crítica a la sociedad actual. La guerra de los mundos fue la forma en que H. G. Wells denunció el colonialismo de Inglaterra en el s. XIX, así como las costumbres, hipocresía y cobardía de su sociedad. A veces, las situaciones inventadas nos ayudan a entender mucho mejor el mundo real.