JOANN SFAR · FRANCIA 2001
Pequeño Vampir vive en una casa llena de muertos vivientes super divertidos, pero él quiere ir al colegio como el resto de niños. ¿Al colegio? ¿Quién querría ir a clase pudiendo pasar el rato volando con su perro rojo Fantomate? Pues alguien que quiere tener amigos de su edad y a quien, además, se le da bien el álgebra. Ese es Vampir, el que cada noche hace los deberes de su nuevo amigo Miguel. A Miguel no le gusta nada hacer deberes y siempre se los olvida.
El nombre de la mascota de Vampir, Fantomate, es una mezcla entre las palabras fantôme, “fantasma” en francés, y tomate, por su pelaje color rojo
Y tú, ¿tienes muchos deberes? Tal vez puedas pedirle a Vampir que te eche una mano. Porque Vampir y los suyos siempre están dispuestos a ayudar. Y cuando algunos niños se meten con Miguel, no dudan en enseñarle artes marciales para que pueda defenderse. Porque sí, del acoso escolar no se libra ni el bueno de Miguel. Pero pidiendo ayuda a sus amigos y con confianza en sí mismo, ¡nadie más se meterá con él!
Los vampiros se parecen físicamente a los murciélagos, que tienen uno de los mejores oídos del reino animal y les sirve para orientarse mientras vuelan
Eso sí, Miguel y Vampir solo pueden verse mientras todo el mundo duerme, porque a los vampiros no les gusta la luz del sol y viven de noche. Por eso son de piel blanquita y, como Vampir y su madre Pandora, tienen unas orejas bien puntiagudas que lo escuchan todo. También tienen un sentido del olfato muy desarrollado y son muy sensibles a los olores. Especialmente al ajo, del que siempre huyen.
Los vampiros usan la sangre como energía y suelen cogerla del cuello de sus víctimas. El cuerpo de una persona adulta contiene entre 4,5 y 6 litros de sangre
Además, los vampiros no tienen sombra ni se reflejan en los espejos. Pero Miguel es un niño valiente que no tiene miedo. Será porque, aunque los vampiros tienen afilados colmillos y se alimentan de la sangre de otras personas, nadie duda de que, en el fondo, Vampir es un chico adorable.