BITELCHÚS
TIM BURTON · ESTADOS UNIDOS 1988
No todos los fantasmas nacen sabiendo cómo ser un fantasma. Bárbara y Adam Maitland son una pareja que acaba de morir. Y no tienen ni idea de qué hacer con sus vidas… bueno, con sus muertes. Todavía menos cuando un horroroso matrimonio se instala en su casa. Solo su hija Lydia, una niña gótica, extraña e insólita, es capaz de verlos.
Pero ellos no son los únicos fantasmas novatos y de buen corazón. En la película Ghost, un joven muere y se convierte en fantasma, haciendo lo imposible para ayudar a su amada. Otros muchos fantasmas se pasean por Hogwarts: Myrtle la Llorona puede ser un poco pesada, pero la mayoría son de lo más agradables. Aunque probablemente uno de los espíritus más entrañables sea Casper, el niño fantasma que ayudaba a otras personas en contra de lo que hacían sus malvados tíos.
También en esta película hay un espíritu malvado. Cuando Bárbara y Adam no consiguen ahuyentar a sus nuevos inquilinos, acuden a una oficina de información para muertos donde encuentran todo tipo de personajes: un hombre aplastado por un camión, un equipo de fútbol americano e ¡incluso una víctima de los jíbaros! Encuentran de todo menos ayuda. Por eso recurren a un fantasma algo peculiar, bravucón y maleducado, cuyos métodos para asustar no son nada convencionales: Bitelchús.
Este sí que da miedo… tanto, que la joven pareja empieza a temer que haga daño a los humanos. Bárbara y Adam son más partidarios de utilizar otros métodos, como entrar en sus cuerpos y hacerles bailar hasta dejarles agotados. Al final se acaban dando cuenta de que prefieren llegar a un acuerdo con los vivos para vivir en paz… ¿o para morir en paz? ¡Es solo cuestión de perspectiva!