Uno de los mejores momentos del día es aquel que uno puede dedicar al ocio, a pasárselo bien. Uno vuelve del cole, estudia un rato, hace las tareas de casa y llega ese momento. El de jugar, el de pasárselo bien. Y, entonces, cada uno hace lo que más le apetece: toca un instrumento musical, lee o (¿por qué no?) juega un rato a un videojuego.
Es importante que, a medida que uno se hace mayor, controle cuánto tiempo dedica a hacer cada cosa. Los videojuegos pueden ser divertidos, ¡seguro!, pero no debemos dedicar más de 1 hora a jugarlos
Uno de los videojuegos que más éxito han tenido en todas las plataformas jugables (PC, videoconsolas, dispositivos móviles…) son los de estrategia. Aquellos dedicados a construir ciudades, países e imperios teniendo en cuenta distintos avatares (que los ciudadanos tengan acceso a comida, agua, sanidad, educación…) y con distintos requisitos (que aquello que gestionamos genere dinero, determinados productos…).
Este tipo de videojuegos ayuda al jugador a darse cuenta de lo difícil que es gestionar el día a día y a tomar conciencia de lo que cuesta el dinero
Hay grandes juegos bajo el epígrafe ‘estrategia’, y seguro que son conocidos por todos: Age of Empires, Los Sims… Pero también hay juegos de reconstrucción de las antiguas civilizaciones. ¿Quién en su sano juicio no querría construir una ciudad griega o romana? ¿Quién no querría construir templos a los dioses egipcios? ¿Y qué tal si nos proponemos construir un templo al emperador de China?
Sierra Entertainment lanzó tres juegos de estrategia basados en tres grandes civilizaciones: la Grecia antigua, el antiguo Egipto y la China imperial
Señor del Olimpo. Zeus es un videojuego de PC, con unos años ya, que trata de construir distintas ciudades en la antigua Grecia. A partir de los antiguos mitos griegos, uno debe construir ciudades mientras es acechado por monstruos mitológicos, tiene a dioses paseando por la ciudad, o ve cómo Aquiles lucha contra Héctor. Lo mismo pasa con Emperador o Faraón, juegos dedicados a la cultura china y egipcia en los que uno debe adorar a los dioses taoístas, budistas, o ver cómo el Nilo crece y nutre los campos o destruye la ciudad. También Caesar, con distintas ediciones, se centró en la historia de Roma.
Todos estos juegos nos ayudan a darnos cuenta de cómo eran aquellas sociedades, a aprender parte de su historia y de su cultura, y desvelan cómo debieron crecer y qué problemas pudieron tener. Son juegos que, a parte de lúdicos, son instructivos. Pero recuerda, ¡que no sea mucho más de una hora!