El 25 de enero de 2004 la sonda MER-B de la NASA, más conocida como Opportunity (Oportunidad, en inglés), aterrizó en el planeta Marte. Llegó tan solo tres semanas después que su sonda gemela, Spirit (Espíritu, en inglés). Su misión: explorar la superficie marciana. Como los grandes exploradores que, en el pasado, recorrieron nuestro planeta Tierra escalando montañas y cruzando ríos y lagos, Opportunity, a la que también se conocía como Oppy, empezó a tomar datos y a enviarnos sus observaciones para que supiéramos cómo es nuestro planeta vecino.
Opportunity fue lanzada el 8 de julio de 2003 y tardó seis meses en llegar a Marte. La distancia media que nos separa de él es de unos 80 millones de kilómetros. ¡Es un viaje tan largo como dar 2000 vueltas alrededor de la Tierra!
La misión estaba pensada para durar unos 90 días, apenas tres meses. Pero Spirit y Oppy resultaron ser unos exploradores excepcionales. Oppy ha trabajado sin descanso en su misión durante trece años. Tomó muestras de rocas y las analizó en su pequeño laboratorio, cavó zanjas en la superficie del planeta, y nos comunicó su gran descubrimiento: ¡agua! ¡en Marte hubo agua! Lo supimos porque, cuando los científicos y científicas de la NASA analizaron los datos enviados por Oppy, vieron que en las rocas había marcas de la presencia de sales, que indican que, en el pasado, hubo agua líquida en ese planeta. Recibieron imágenes de pequeñas piedras esféricas que muy probablemente deben su forma a la acción del agua. Y también encontraron minerales como la jarosita o la hematita, que se forman en un entorno en el que hay agua.
La jarosita es un mineral que fue encontrado por primera vez en España, en 1852, en el barranco de Jaroso de la sierra Almagrera. ¡De ahí le viene el nombre!
En su recorrido por Marte, Oppy también halló meteoritos que, en su día, se estrellaron contra la superficie marciana. ¿Verdad que es interesante poder analizar piedras que vienen del espacio exterior? La sonda lo hizo por nosotros. Además, descubrió multitud de cráteres formados por el impacto de otros meteoritos: les fuimos poniendo nombre a medida que recibíamos toda esa información.
La presencia de agua líquida es un requisito imprescindible para que exista vida como la nuestra. Por eso, encontrarla en otros lugares es necesario para saber si en algún momento hubo seres vivos fuera de la Tierra
Las tormentas siempre dieron problemas a Oppy y a Spirit. Para mantenerse en funcionamiento usaban paneles solares que aprovechaban la luz del sol para convertirla en energía. Cuando, en 2007, una tormenta de polvo cubrió los paneles solares, apenas podían generar la suficiente energía para seguir la misión y casi les perdimos. ¡Pero no! Consiguieron recuperarse y seguir su camino. Spirit se mantuvo en funcionamiento hasta 2010, cuando se quedó atascada en la superficie marciana. No pudo salir y sus paneles solares no estaban orientados adecuadamente: cuando llegó el invierno, Spirit pasó a hibernar, y perdimos la comunicación con él. ¡Tal vez, cuando en el futuro podamos visitar Marte, le volvamos a ver!
Oppy y Spirit podían comunicarse con nosotros gracias a las ondas electromagnéticas, que transportaron a través del espacio toda la información que iban encontrando. De esta manera, no estaban solos en su aventura: nosotros les acompañamos en cada paso
Oppy, ya sin su compañera, continuó su aventura durante ocho años más. En ese tiempo, estudió los diferentes materiales que encontraba, exploró cráteres, analizó el viento marciano, e incluso tomó datos para saber si el interior de Marte era sólido o líquido. El 10 de junio de 2018, una nueva tormenta se desató en la superficie marciana, una como nunca había vivido antes, y volvió a tener problemas. Las últimas palabras que recibimos de Oppy fueron “mi batería está baja y está oscureciendo”. Había recorrido más de 45 kilómetros. Durante ocho meses, la NASA ha intentado recuperar la comunicación con la sonda, pero no ha sido posible. Hace unos días, declararon que la misión ha acabado. ¡Gracias por tanto, Oppy!
Pero no penséis que la misión de exploración de Marte ha acabado: desde 2012, una nueva sonda de la NASA está recorriendo ese planeta. Su nombre es Curiosity (Curiosidad): ¡tan curiosa como la humanidad, que intenta aprender cosas nuevas cada día usando todos los medios a su alcance!