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Zombis, esqueletos, vampiros, fantasmas y brujas

Imagen: Gébéka Films.

ZOMBILLENIUM · ARTHUR DES PINS · 2010

Zombis, esqueletos, vampiros, fantasmas y brujas. Zombillenium es un misterioso parque de atracciones donde ningún empleado va disfrazado… ¡porque todos son monstruos auténticos! En un mundo así, ni la muerte se convierte en el final de nuestras vidas. Tras ser atropellado, el protagonista del cómic, Aurélien, es resucitado gracias a las mordeduras de un hombre lobo y un vampiro. ¿Adivináis en qué se convertirá?

Aurélien se hará muy amigo de Gretchen, una joven bruja que trabaja en el parque como becaria cazatalentos de futuras estrellas de las atracciones. En el pasado, las brujas han sido representadas como mujeres malvadas dotadas de poderes mágicos, aunque seguramente no eran más que personas muy sabias temidas y perseguidas por sus conocimientos. Igual que esas mujeres, Gretchen sabe muy bien lo que hace y está dispuesta a enfrentarse a los monstruos que haga falta para salvar a los que más quiere. 

Zombillenium está lleno de referencias pop: José, un zombi bailarín, tiene el mismo aspecto que Michael Jackson en el videoclip de la canción «Thriller»

El autor de Zombillenium es Arthur de Pins, un diseñador gráfico francés famoso por crear sus obras exclusivamente con ordenador. Son muchos los autores que prefieren el dibujo digital al tradicional, por la comodidad a la hora de corregir las viñetas o añadir el color, además de poder compartir sus obras en Internet.

El primer cómic digital fue Witches in Stitches, una parodia de El Mago de Oz publicada en 1985 por el artista Eric Monster Millikin

Aunque un parque de atracciones dirigido por monstruos parece un escenario imposible, el cómic pretende ser un reflejo de la sociedad actual. Zombillenium aprovecha el humor para parodiar temas serios como la crisis económica mundial y sus graves consecuencias. Dificultades como el desempleo y la pobreza también se reflejan en el cómic. ¿Te imaginas a un grupo de zombis organizando una huelga sindical? ¿O a unos directivos pensando en cómo acumular más dinero y almas? Será que los monstruos no son tan distintos a nosotros…