Historia, arte y literatura

Aquiles, el invencible

Ayia Napa, parque de Chipre
© Pixabay

Aquiles fue uno de los guerreros más fuertes y veloces de la antigua Grecia. Cuando nació, su madre, Tetis, lo sostuvo boca abajo de un pie para sumergirlo en el río Estigia, pues de ese modo conseguiría que su hijo fuera inmortal. Pero su talón jamás tocó las aguas y Aquiles permaneció vulnerable como cualquier otro mortal. Conocemos la historia del héroe Aquiles por la Ilíada, el poema épico en el que se narran diversos acontecimientos de la Guerra de Troya.


Es a Homero es a quien se le atribuye la autoría de los principales poemas épicos griegos: La Ilíada y La Odisea


La Guerra de Troya comenzó cuando el ejército griego invadió Troya —lugar de la Turquía actual— para liberar a la bella Helena, quien había sido raptada por el príncipe troyano Paris. Durante una de las batallas entre griegos y troyanos, el griego Patroclo, amigo y compañero de Aquiles, murió a manos de Héctor, un guerrero troyano que ató el cuerpo inerte de Patroclo a su carro, arrastrándolo durante nueve días en torno a los muros de Troya.

Cuando Aquiles supo de la noticia de la muerte de su amigo Patroclo, le pidió a su madre una nueva y más poderosa armadura, y salió al campo de combate, donde mató a Héctor. Esto enfureció al príncipe troyano Paris, quien se propuso acabar con Aquiles. Finalmente, el poderoso Aquiles, aparentemente invencible, fue derrotado por Paris, quien le disparó una flecha envenenada dirigida por el dios Apolo en el talón izquierdo y lo mató.


Otro de los héroes griegos que luchó en Troya fue Ulises, también llamado Odiseo. La historia de Ulises la podemos leer en la Odisea


La guerra acabó gracias al ingenio de Ulises, un griego que, además de guerrero, era rey de la pequeña isla de Ítaca. Ulises pensó en la estrategia para finalmente conquistar Troya: la construcción de un enorme caballo de madera donde se escondieron sus soldados. Cuando vieron el caballo, los troyanos pensaron que se trataba de una ofrenda a los dioses y lo llevaron al centro de la ciudad. Al caer la noche, Ulises y sus hombres atacaron, poniendo fin así a la Guerra de Troya.