A la holandesa Veerle Coppoolse le parecía milagroso que una oruga fuera capaz de transformarse en mariposa y alzar el vuelo. Porque ella había soñado siempre con poder volar.
Para cumplir aquel sueño se lanzó a conquistar los cielos practicando el parapente, pero no salió del todo bien y acabó visitando el hospital tras un mal aterrizaje. Allí los médicos le enseñaron un modelo de columna vertebral de escayola, y al contemplarlo descubrió que los huesos de nuestro esqueleto eran algo bellísimo. Y, sobre todo, que aquella columna vertebral tenía el aspecto de una oruga.
Veerle agarró unas tijeras y se abalanzó sobre cartulinas para recortar un ejército de orugas (sospechosamente similares a ciertos huesos), una tropa de mariposas y un considerable montón de hojas, vainas y tallos vegetales. Elementos que meticulosamente dobló, redobló, pegó y encoló hasta construir una colección de escenas que, colocadas en círculo, se transformaban en un juguete alucinante: un zoótropo, un artilugio que girando sobre sí mismo como un tiovivo provoca un efecto óptico que parece dotar de vida a las criaturas que contiene. Un cine rudimentario pero espectacular, protagonizado por las detalladísimas esculturas de papel de Veerle: dieciséis plantas, más de setenta orugas y más de sesenta mariposas. En movimiento, aquel juguete de papel muestra una secuencia en bucle donde una oruga trepa a una planta, se convierte en capullo, emerge de la vaina como una mariposa y pone un huevo antes de alejarse aleteando. De aquel huevo nacerá una nueva oruga, que trepará a otra planta para repetir el proceso de nuevo.
Pero todo esto no es más que el principio para Veerle, porque su extraordinario Zoótropo metamorfosis construido en papel de tonos grises (en homenaje al cine antiguo) solo es una maqueta. Y el verdadero plan de la artista pasa por convertir su máquina fabulosa en un artefacto mucho más grande ante el cual la gente pueda sentarse para contemplar la escena como si de un cine se tratase. Con dicha idea en mente, Veerle está reconstruyendo ahora mismo su zoótropo a una escala mayor, sustituyendo la cartulina por aluminio y las tijeras por maquinaria industrial. No va por mal camino y la cosa toma forma poco a poco, como se puede ver en su instagram o en su página de Facebook. Porque ahora tiene claro que volar no es tan difícil.