La mayoría de la gente no escucha música clásica intencionadamente. Si buscamos en las listas de Spotify o Amazon Prime Music de nuestros contactos, veremos que pocas veces aparece algo. Sin embargo, estamos seguros de que la música clásica gusta. Los más pequeños, de hecho, la prefieren al reggaeton. Y los más mayores nos alegramos cuando nos suena alguna de las piezas de música clásica que escuchamos en películas, videojuegos, anuncios, etc…
Sin embargo, el mundo de la música clásica permanece aislado tras una barrera de seriedad y solemnidad, lo cual es absurdo por muchos motivos. Uno de ellos es que, como dice el pianista James Rhodes, muchos de los compositores clásicos eran las estrellas del rock de su época: bebían, se metían en peleas, rompían corazones y se tiraban por las ventanas a sí mismos porque las televisiones aún no existían.
Por suerte hay personas como Rhodes que intentan derribar esa barrera. Y qué mejor forma de acercar la música clásica a todo el mundo que empezar por los más pequeños. Pero hay que hacerlo con cuidado porque, como el mismo Rhodes dice, la clásica siempre ha sido para los niños las coles de bruselas de la música, y es absurdo pretender forzar a alguien, y menos a un niño, a que le guste algo. Lo único que conseguiremos es que lo rechace. La idea es hacerla accesible para que cada uno se vaya acercando a ella a su ritmo.
Afortunadamente hoy en día no es necesario pagar una entrada, normalmente carísima, para asistir a un concierto de música clásica, que además se hace muy largo para un niño y lo más probable es que al volver a casa no quiera oír ni hablar de la música clásica nunca más. Ahora tenemos Spotify, YouTube, el mp3 y un montón de formas accesibles mediante las cuales acercarse a la música clásica, eligiendo además cada uno qué quiere escuchar en cada momento.
Por eso, os vamos a sugerir una serie de piezas para que las disfrutéis. Hoy, la primera.
Ludwig Van Beethoven – Sinfonía n.º 6 «Pastoral» · Beethoven · Primer Movimiento
Esta es una de las pocas obras de música programática de Beethoven. Música programática es la que intenta evocar ideas e imágenes en la mente del oyente, representando musicalmente una escena, imagen o estado de ánimo. Beethoven, que era un gran amante de la naturaleza, la subtituló Recuerdos de la vida campestre, pero con el tiempo se ha acabado conociendo popularmente como La pastoral.
La sinfonía completa tiene una duración de unos 40 minutos. Aquí os sugerimos el primer y más célebre pasaje, utilizado en múltiples ocasiones en el cine, por ejemplo en la película de Disney Fantasía (1940) o en algún episodio de Los Simpson.