LA COCINA DE LOS MONSTRUOS
MARTÍN PIÑOL Y VOTRIC · ESPAÑA 2011
Saint Grimor es un colegio privado, con un prestigio dudoso, en una ciudad que podría ser cualquiera. También la tuya. A su malcarado director ni siquiera le preocupan los alumnos. Lo único que le importa es que la imagen del centro se mantenga impoluta.
Pero, ¡ay!, con Bermúdez, el Chef Zombi, difícilmente podrá cumplir ese objetivo. Una de sus cremas de verduras podridas transformó en zombis a muchos de los niños que se quedaron ese día a comer en el colegio. Para qué engañarnos, hay pocos comedores escolares con almuerzos sabrosos y equilibrados, pero por malo que esté lo que nos pongan, no nos vamos a convertir en zombis.
Un plato equilibrado está formado por la mitad de verdura, un cuarto de proteína (carne o pescado) y un cuarto de hidratos de carbono (patatas o pan)
El zombi es la representación de un cadáver que ha vuelto a la vida. A menudo, gracias a los medios mágicos de un hechicero que quería convertir a este muerto en su esclavo. La creencia popular dice también que si te muerden puedes convertirte en uno de ellos.
Hay otros muertos que regresan a la vida en el imaginario fantástico, como las momias o los necrófagos, y los zombis eran los menos monstruosos
Hay que decir que no se ha podido comprobar su existencia, pero se sabe que tienen un referente real. Se trata de los esclavos que hubo en la isla de Haití, en el Caribe. De allí viene la palabra. Por eso en el imaginario colectivo el zombi acostumbra a ir con las vestiduras rasgadas, come lo que encuentra y no tiene amigos. Porque esos esclavos, maltratados, quedaron al margen de lo que los demás entendemos por vivir. Esa realidad hizo que aparecieran libros y leyendas que, muchas veces, reflejaban el miedo que algunos sentían por estas personas que estaban siendo esclavizadas. Son historias que a principios del siglo pasado hicieron que se creyera que la isla de Haití estaba llena de bárbaros.