Ciencia

Recordando a un genio olvidado

© TorresQuevedo.org

LEONARDO TORRES QUEVEDO

¿Te imaginas cómo era vivir a finales del siglo XIX y principios del XX? Entonces no había ordenadores ni teléfonos móviles como los que usamos ahora, ni tampoco televisión ni apenas coches. Las cosas han cambiado mucho desde entonces gracias a la creatividad de científicos, ingenieros e inventores. Quizás hayas oído hablar de Alexander Fleming, que descubrió el primer antibiótico –la penicilina–, o de los hermanos Wright, los pioneros de la aviación.

En la historia ha habido otros talentos ignorados. ¿Sabes quiénes fueron los auténticos inventores de la radio o el teléfono? ¡Búscalo, casi nadie lo recuerda!

Pero seguramente no hayas escuchado nunca el nombre de Leonardo Torres Quevedo. Aunque poca gente lo recuerda hoy, este ingeniero que vivió entre 1852 y 1936 fue uno de los inventores más talentosos de su tiempo. Estudió ingeniería de caminos y heredó una fortuna que le permitió viajar por Europa para conocer los avances científicos y técnicos de la época. A su vuelta a España aplicó todo lo que había aprendido.

Tenemos que agradecer a este inventor muchos ratos de diversión: desarrolló uno de los antecesores de los videojuegos, un robot que jugaba al ajedrez

Él es uno de los responsables de que utilicemos mandos a distancia para cambiar el canal de la televisión, controlar el movimiento de los drones o abrir las puertas de los garajes: en 1903 inventó el aparato de control remoto, al que llamó telekino. Y la próxima vez que necesites hacer una división difícil también deberías acordarte de él, ya que en 1920 desarrolló el aritmómetro electromecánico, la primera calculadora digital de la historia. Está considerado como un precursor de nuestros ordenadores.

El primer funicular aéreo del mundo para pasajeros también fue cosa suya. Se construyó en el monte Ulía de San Sebastián en 1907. Se podría decir que fue el abuelo de teleféricos como los del puerto de Barcelona o la Casa de Campo de Madrid.

También mejoró la tecnología de los dirigibles, aeronaves que surcaron los cielos de todo el mundo antes de que se popularizara el uso de aviones

Como ves, Torres Quevedo ideó soluciones para hacer la vida más fácil. Y a ti, ¿se te ocurre algún invento útil?